El Scriblle Drawing o en nuestro idioma, “hacer garabatos” o “dibujo automático” es una técnica artística muy básica (y fundamental) que puede utilizarse como “calentamiento” previo a un trabajo creativo o artístico y también como herramienta de autoconocimiento y análisis.
Es tan fácil de realizar (solo necesitas un pedazo de papel y unos lápices de colores) que puedes hacerlo a diario y en cualquier lugar. Es comparable a la escritura automática o páginas matutinas de las que nos habla Julia Cameron en “El Camino del Artista”.
El escribble o dibujo automático empezó con el movimiento surrealista a principios del Siglo XX tras la definición de Sigmund Freud del subconsciente. El artista surrealista André Breton inició esta técnica. Los surrealistas adoptaban el dibujo como un medio de expresarse y liberar su trabajo del control de la mente consciente. En el dibujo automático los artistas dejaban trabar su mano de forma libre y aleatoria, sin ninguna intención.
En palabras de André Breton “mis imágenes automáticas implican un proceso de dos veces de actividad consciente e inconsciente.”
(“La Sonrisa de Alas Flameantes” de Joan Miró)
Más tarde, la década de los 40, Margaret Naumburg, una pionera en el campo de las Arte Terapias, comenzó a utilizar el scribble o dibujo automático como herramienta de trabajo dentro de NY State Psychiatric Institute.
Según Wikipedia, Naumburg utilizaba grandes hojas de papel y dejaba que el paciente moviera el material que había elegido, pintura o tiza pastel por la página hasta quedar satisfecho, aunque pedía que no se levantara la página desde el principio hasta el final. Después de crear el dibujo, permitía a la persona mirar su obra y tratar de crear otra forma a partir del garabato. Se alentaba al cliente a mover la página hasta encontrar una imagen. Una vez que la veía en el garabato, o pintura, le pedía que la coloreara. Al llegar a este punto, si el cliente quería charlar sobre la obra mientras creaba, se le animaba a ello. Esta técnica también podía realizarse con los ojos cerrados. El hecho de cerrarlos animaba al creador a ser menos inhibido a la hora de forzar una forma a partir de líneas fluidas. Otra variedad de esta técnica consiste en utilizar la mano no dominante. Así se fuerza al creador a usar otra parte del cerebro con la esperanza de liberar la mente inconsciente para formar las imágenes simbólicas necesarias para conseguir una mayor comprensión del ser. El dibujo de garabatos fue desarrollado por su hermana Florence Cane, que empleaba esta técnica porque creía que ayudaba a liberar las imágenes inconscientes.
(Referencia: Rubin, J. A. (2001). Approaches to art therapy: Theory and technique. New York, NY. Brunner-Routledge)
Así que, como imaginarás, la propuesta “happymaking” que te traemos esta semana es que utilices el scribble o dibujo automático esta semana, no solo un día, sino varios. Lo mejor, a primera hora de la mañana. No te llevará mucho tiempo y te resultará útil.
Puedes utilizar cualquier tipo de material aunque te recomendamos que utilices pinturas pastel (unas buenas a ser posible). Esta pintura se difumina bien y te permite jugar a mezclar color y suavizar las formas. Es ideal para dejarse llevar.
Si no tienes claro en qué consiste el proceso aquí compartimos contigo una breve guía. (Recuerda que también puedes recurrir a este proceso para romper el hielo en talleres o dinámicas grupales).
1. Meditar.
No es necesario pero la verdad es que si tienes tiempo ayuda bastante a meterse dentro del proceso. Prueba a hacer 3 o 4 respiraciones profundas conectando con tu cuerpo. Trata de sentir el aire entrando y saliendo de tu cuerpo, presta atención a las sensaciones corporales (cómo es ese aire que entra y sale, cuáles son los cambios que notas en tu cuerpo…)
2. Define una intención.
Si quieres utilizar esta técnica con un fin de autoconocimiento y/o terapéutico puedes definir una intención antes de realizar el dibujo. Imagina esa situación que te gustaría entender con claridad, ese conflicto que tratas de resolver, anótalo directamente en el papel que vas a utilizar para el dibujo.
3. Haz tu dibujo automático.
Ahora es el momento de dejarse llevar. Coge tu lápiz, cierra los ojos y haz tu dibujo. Mejor si lo haces con tu mano no dominante, así evitamos todo rastro de tu mente consciente. Garabatea la hoja durante un tiempo, hasta que creas que ya es suficiente para ti. No te resistas a los movimientos de tu mano, deja que trabaje con libertad.
4. Interviene el dibujo.
Ahora, con los ojos ya abiertos y tu mano dominante es momento de intervenir el dibujo. Mira unos minutos el dibujo, gíralo en todas direcciones y encuentra garabatos que te sugieran formas o imágenes, resalta esas partes de tu dibujo que te gustan más (sin analizar el por qué).
Toma tus pinturas pastel y colorea, mezcla, difumina, da forma a esas imágenes que has creído ver, aquello que te ha llamado la atención. Puedes completar el dibujo añadiendo formas u otros elementos al espacio en blanco. Sigue tu intuición y sobre todo DIVIÉRTETE.
5. Análisis
Tras tomarte un tiempo dibujando ahora es momento de escribir. Puedes escribir tratando de dar una explicación a tu dibujo en relación a aquello que te preocupa o bien simplemente escribir de forma automática también aquello que se te pase por la cabeza y encontrar las respuestas más tarde. Puedes también utilizar estas preguntas como guía para tu escritura:
¿Qué está sucediendo en tu dibujo?
¿Qué te hace pensar que es eso lo que ocurre?
¿Qué más puedes encontrar en tu dibujo?
¿El dibujo que has realizado tiene algún consejo para ti? ¿Crees que hay una intención o respuesta en él? ¿Cuál podría ser?
¿Qué te parece esta propuesta? ¿Lo has hecho alguna vez? ¿Te resulta útil?
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