MI CUENTA

Apegos Feroces de Vivian Gornick

Apegos Feroces de Vivian Gornick.

apegos feroces de vivan gornick

Fierce attachments: a memoir. De Vivian Gornick.

En castellano, Apegos feroces. O de cómo la vida es el mejor recurso literario. O de cómo la vida de las mujeres inmigrantes del Bronx, judías y, por extensión, irlandesas, italianas, rusas o ucranianas, que se repartían las manzanas del Nueva York territorial de los 40 y 50, es divertida y feroz a un tiempo y carne de cañón para una escritora inteligente.

Los hombres todos intentan dominarlas, pero están en los Estados Unidos, supuesta patria de las libertades, y con humor y hermandad erigen un nuevo contrato social que forjará la personalidad de la autora.

Décadas después, junto a su madre en largos paseos por Manhattan, la narradora expone o evalúa las consecuencias de este contrato y yo, lector, disfruto y sufro -de qué se trata si no- con las anécdotas de los maridos insulsos, peligrosos y calaveras y sus mujeres sometidas, agudas y resueltas: putas.

… las mujeres llamándose unas a otras…

Los hombres, el dato escondido como estratagema literaria, son causa motora; ellas reaccionan. Más adelante concluiremos que cada una tiene que vivir su propia vida, que ellas por sí mismas son causa final. Esto es, a mi juicio, lo más importante del relato de Gornick.

No se trata de satisfacer a otros o de jugar las reglas del juego impuesto por otros. Esto va de uno mismo en comunión, por supuesto, con los otros, de ser sin quitar.

Y en todo esto ¿qué lugar hay para el amor? El amor es el vórtice de las vidas -o eso nos dicen- y no podemos dejarlo atrás. Gornick lo sufre y no entiende a su madre, la mujer del luto eterno, o a Nettie, poliamorosa. ¿Hay reglas para el amor? ¿Reglas impuestas?

¿Debemos elegir entre el amor y el trabajo? La autora bascula porque las carencias de uno las suple el otro, el dolor de uno encuentra refugio en el otro, siempre es así. Siempre pares opuestos.

Y la literatura ¿es trabajo o es amor?
¿La escritura es trabajo y la lectura amor?
¿La imaginación y el amor están reñidos?

Los hombres pasan por la vida de la narradora: matrimonio, amantes.

A los diecinueve deja el hogar huyendo de la madre viuda que renuncia a la vida por el duelo. Comienza el periplo universitario, pero con la tradición a cuestas y por eso se casa con un artista y fracasa en su matrimonio. A partir de aquí sus relaciones se vuelven más libres: antiguos vecinos o sindicalistas casados. Pero en todas ellas siempre un poso de amargura o incomprensión. ¿Nos suena?

Y todo termina en el ahora, en la pregunta de si habremos elegido bien, si no habremos dejado pasar el tren de la oportunidad. Los antiguos barrios terminan por vaciarse de contenido, de algún modo todo se vuelve viejo e interpelamos al miedo que fue, esperando recibir consuelo.

Madre e hija, polos opuestos, enemigas, fracasadas en la ciudad de la competitividad, mujeres al fin y al cabo.
¿No vale esto que he conseguido? Pregunta la protagonista al final.

¿No nos vale con decidir por nosotros mismos, con huir del marmitaco de la convención? Ella sabe que sí, y su madre, a regañadientes, también.

Las memorias de Vivian Gornick son las de tod@s.

Allí en el Bronx o en Manhattan, es lo de menos, las mujeres se han hecho sitio a codazos y encima nos lo cuentan y lo pasamos bien y nos reímos. No se puede pedir más ¿verdad?

Por José Cabello

jcabello@laparadojacreativa.com

Colaborador de La Paradoja Creativa

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *